sábado, 8 de junio de 2013

Paüls es pequeño, empinado, amable...

Paüls es un pueblo chiquito, escondido entre montañas agrestes al final de una carretera. Está pegado a una montaña y dibuja su relieve con casas estrechas que salvan un tremendo desnivel con dos puertas de entrada: la de la calle de arriba y la de la calle de abajo. En él vive gente amable, sencilla y trabajadora orgullosa de su pequeño pueblito.
Abrazado por las montañas
Nosotros, los urbanitas, aterrizamos hace 5 o 6 años en una casa rural, La Remulla,  para pasar una Semana Santa cerca del río Ebro; desde entonces, volvemos a Paüls buscando esos gestos afables de los que viven donde parece que las montañas tocan un cielo de azul intenso. Nos gusta dejarnos caer un fin de semana cualquiera y disfrutar de animadas caminatas por "Els Ports" o aparecer en alguna de sus fiestas señaladas y compartir el resultado del esfuerzo de todos sus habitantes. Nos gusta saludar a los vecinos y preguntarles como va la cosecha, si el invierno fue duro, cuantos niños hay en la guardería o como se presenta el próximo verano. Nos gusta charlar con Júlia, su alcaldesa, quien al vernos se funde en un cálido abrazo y rápidamente nos cuenta que tienen un nuevo tablero de ajedrez gigante cerca de la iglesia y que la fiesta de la cereza la han organizado con pocos recursos y mucho esfuerzo. Y nos gusta que Joana y Manolo nos cuenten como les va la vida, el duro trabajo en el campo, mirando al cielo para que olivos y cerezos den buenos frutos. Nos gusta saber que Manel, su hijo, ya va a la Universidad y que Cinta nos ha dejado "en casa" un pote de mermelada o uno de esos maravillosos potes de tomate casero que sorprendren a nuestros invitados en Barcelona.

Xavi, Mònica, Júlia, Joana i Manolo
Paüls tiene muchas cosas suyas, muy suyas, desde Sant Roc hasta la jota sin olvidarnos de su peña taurina o sus tambores, pero lo que más tiene son personas deseosas de compartir lo mucho o poco que tienen para mantener y vivir tradiciones y costumbres, muchas, iniciadas hace mucho, mucho tiempo.
La Sagrada Família "nova"

Así, como la cosa más normal del mundo pueden explicarte que la "Sagrada Familia" va de casa en casa, que es una capilla de madera con una ranura para hacer donativos y un libro de oraciones para recibirla y despedirla. En Paüls hay 3 que van y vuelven entre 90 familias, con sus tres celadoras que vacían la hucha de la capilla para que no pese demasiado (lo habitual parece que es poner 1 euro y claro, al cabo del mes el peso es considerable).

En las puertas de la capilla va la lista que marca el recorrido, el nombre de la persona y de la casa, para saber en todo momento donde están. Y cuando acaba el año, el párroco pasa cuentas, y comunica a los feligreses la colecta de cada una; y entonces, como si de un raquing se tratase los coros de las capillas toman nota para esforzarse más al año próximo y optar a la deseada primera posición.

"La lista" del recorrido.
Lo mejor, los nombres.
Paüls es así, un sitio con muy mala cobertura telefónica en el que puedes vivir slow. En el que puedes practicar en vivo y en directo, gracias a años y años de experiencia real, todos los Co's y toda la actitud 2.0 que te apetezca. Los "paulsencs" estarán, en todo momento, encantados de demostraros que son verdaderos referentes sin tener ni una sola wifi para forasteros en todo el pueblo.

Y dejamos atrás Paüls, una vez más, un lugar de pequeños gestos amables, un lugar de personas inquietas que se esfuerzan día a día por conservar un precioso espacio de convivencia entre los que allí viven y los que, como nosotros, un día llegamos y nos enamoramos.

Algunos recursos:

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