domingo, 25 de septiembre de 2016

Silencio y paz entre piedras, Angkor, leyendas en Camboya (Siam Reap, día 17 #vietnam16im)

Hemos abandonado Vietnam, nos despertamos en Siam Reap (derrota de Siam, Tailandia significa), Camboya y a las 8'30h nuestro guía Siang nos espera puntualmente para hacer "el día de los templos del reino de Angkor" como nos dijo anoche. Nos explica que por la mañana visitaremos Angkor Thom y Ta Prohm y por la tarde, después de comer, iremos a Angkor Wat.

Y había más de 200 misteriosas caras
Llegamos a Angkor Thom (la gran capital) que nos recibe con una de sus 5 puertas de acceso (todas iguales). A derecha e izquierda del paseo que llega a la puerta nos espera NAGA, la serpiente, cuyo cuerpo está aguantado por una hilera de "buenas personas" (sonrientes a la izquierda) y otra de "malas personas" (serias y enfadadas a la derecha). Accedemos al recinto y los templos rodeados de verde, entre la hierba y los árboles nos dejan sin respiración, que bonitoooooooo!!!!!!
¿Los buenos o los malos?
Nos acercamos al Bayoan de Angkor Thom, es decir, al centro. Es un templo lleno de caras, tuvo 54 torres que representaron las 54 provincias del reino. Cada torre tiene 4 caras lo que da un total de 216 caras. El templo es del s. X-XI de la dinastía Jemer y tiene muchos bajo relieves que explican historias: un parto, como sacar piojos de la cabeza, peleas de gallos y de cerdos, y batallas, muchas batallas. Salvando las distancias, mi cabeza rápidamente salta y lo relaciona con Karnak, el templo egipcio repleto de historias en sus paredes. Nos paseamos por el templo profusamente decorado con muchas bailarinas apsara (manera elegante de referirse a las concubinas del rey). Llevamos un buen rato caminando por Angkor Thom y es de aquellos sitios en los que no te cansarías de hacer fotos, mires hacia donde mires siempre encuentras un nuevo encuadre.
Parto a la sombra en los bajorrelieves de Angkor Thom 
A veces notamos caras que nos miran 
Phimeanakas
Nos vamos de Angkor Thom paseando entre árboles y otros templos menores (Phimeanakas) hasta llegar a Ta Prohm, el templo aguantado y destruido por las raíces de los árboles. Parece que estemos entrando en una de las películas de Disney, casi escucho al rey Lui cantando en el templo de los monos del Libro de la Selva Siang nos cuenta que todos los templos de Siam Reap habían sido invadidos por los árboles y la vegetación con el paso de los siglos, los recuperaron y dejaron Ta Prohm como muestra "turística". Quien sabe si este templo es la Venecia de Asia? Cuando pasen unos años habrá sido completamente destruido?

Belleza destructora en Ta Prohm
Finalizamos la visita empapados de sudor nuevamente, la humedad es extrema y "chorreas" por todas partes. Almorzamos a la vera de un agradecidísimo aire acondicionado  que nos vuelve a la vida y nos da fuerzas para afrontar la tarde de templos en Angkor Wat, la mayor construcción religiosa del mundo. En cuanto llegas y te acercas te percatas que el templo es muy grande y está muy bien conservado. Siang aprovecha para hacernos una puesta al día de las divinidades hindús:

  • Shiva: creador y destructor
  • Vishnú: conservador
  • Brahma: creador
Terraza de los elefantes
Angkor Wat impone
Culto budista de carne y hueso
Angkor Wat está dedicado a Vishnú, y según dice Siang dentro del templo había muchas estatuas de Visnhú y Buda a las que les falta la cabeza fruto del saqueo sufrido a principios del s.XX. Vemos multitud de bailarinas apsara en sus paredes, relieves en la piedra con imágenes de la época e incluso los monjes de una pagoda cercana cuidan y veneran las estatuas de Buda que quedan. Pasamos un buen rato subiendo y bajando, vemos la biblioteca, las piscinas de purificación y nos sorprende que a pesar de la multitud que efectúa la visita como nosotros se respira silencio y paz, tanto, que, si cierras los ojos, puedes llegar a imaginarte el culto de los siglos XI y XII cuando según los historiadores, alrededor de los templos, en Angkor (la capital), dentro de las murallas, había casas de madera donde vivía la población. 

Una de las vistas más increíbles de Angkor
Y es al acabar la visita, cuando abandonas Angkor Wat que te espera la última sorpresa, un maravilloso lago donde, si no sopla el viento, se refleja la maravillosa silueta del templo, wow!!!
Día intenso de visita cultural que nos obliga a volver al hotel buscando un poco de relax. Noche de cena en el Hard Rock de Siam Reap, peor que el de Saigon y con poco para contar. Vuelta al hotel en Tuc tuc, las simpáticas motos con remolque que pasean turistas arriba y abajo.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Vende y compra, la edad no importa en Cai Rang (Can Tho - Siem Reap día 16 #vietnam16im)

Ropa tendida en popa, la casa en una barca
Hoy hemos vuelto a madrugar, queríamos salir pronto para visitar el mercado flotante de Cai Rang que según dicen es de 6 a 8 de la mañana cuando registra su mayor actividad. Así, a las 7h en punto listos para irnos, furgoneta y al puerto donde nos subimos a una motora para navegar por el mercado. La primera sorpresa son los barcos, grandes, de madera vieja y bastante descuidados ocupando gran parte del río cargados de remolachas, calabazas, patatas y otros "tubérculos". Cada uno muestra su mercancía gracias a un bambú que exhibe en altura el producto o los productos que vende mientras su tripulación llena bolsas y más bolsas de compra "al detalle". El sistema es sencillo, se acercan barcas pequeñas que pactan cantidad y precio con los grandes barcos y ya está, mercancía vendida y comprada. Además, pequeñas barquitas se mueven por el mercado ofreciendo comida y bebida, son los bares acuáticos!!! Observamos los barcos con detenemiento y descubrimos que la gente vive en ellos, ropa tendida en la popa, niños y jóvenes de mirada triste que cargan y descargan kilos y kilos de nabos y patatas, infancias perdidas de difícil recuperación.

La edad no importa para vender 
Barca de servicio en el mercado de Cai Rang
Compra y vende, estás en el mercado
Flotando a todas horas
Marina se ha quedado con los ojos como platos ante el mercado, ella que esperaba barquitas muy bien pintadas con mujeres bien vestidas vendiendo fruta y verdura, con muchos colores al estilo tailandés!!!!

Noodles artesanales
Tras el paseo arriba y abajo en barca nos adentramos por un pequeño canal que nos lleva a un negocio artesano de "vermicelli de arroz". Vemos como hacen la pasta parecida a la de un crêpe, la pasan por la plancha y después se coloca en soportes de bambú para secarse al sol. Cuando todo está bien seco, es el momento de cortar la pasta y hacer noodles. Uffff, menudo trabajazo y qué calor!!!!

Es momento de volver al hotel en Can Tho, recoger trastos en el hotel y rodar por 4 horas hasta Saigon para subirnos al avión con el que abandonaremos Vietnam.

Rato de aeropuerto doméstico con pocos o ningún entretenimiento, retraso en la salida del vuelo y llegada a Siem Reap (Camboya) pasadas las 21h. Es el momento de recoger maletas, rellenar nuevos papeles y pensar que o hemos ido dando con los torpes del aeropuerto y nos hemos ido retrasando, o no hemos sabido escoger a los más hábiles. Todo ello da como resultado que somos los últimos en abandonar el aeropuerto y que nuesras maletas están mareadas de tantas y tantas vueltas que han dado.
Y que alegría cuando por fin salimos y vemos que nos espera un simpático camboyano aguantando un cartel que reza: MONICA MORO MESA. Es nuestro último guía y se llama Siang que enseguida se preocupa y se interesa por nosotros. La furgoneta nos espera, nos lleva al hotel y salimos a la búsqueda de algún lugar donde cenar,  por suerte un restaurante a punto de cerrar se apiada de nuestra situación y nos hace hamburguesas y sandwich's. 
A dormir, el día ha sido largoooooooooooooooo!

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Mercados muy vivos (Jardin du Mekong - Can Tho día 15 #vietnamim16)

Gallitos de pelea preiosos!
Hemos dormido en la selva vietnamita, en el delta del Mekong entre alguno de sus 9 brazos y a las 7'30h ya estamos a punto para desayunar en el Jardin du Mekong entre bananos y cocoteros. El suelo está mojado, muy mojado, por la noche ha llovido de lo lindo. Hoy empezamos el día de excursión en bicicleta hasta el pueblo de Thi Tran en el que conoceremos su mercado local: Cho Lách. Recorremos los pequeños caminos entre las casas levantadas en medio de la selva y nos sorprenden unos maravillosos gallos en jaulas individuales a la entrada de lo que nos parece una casa cualquiera. Son gallos de pelea (como los de Sant Roc pienso yo!) perfectamente cuidados para ser vendidos, aquí también parecen ser un negocio fácil para ganar dinero. El paseo es muy agradable, no hay demasiado sol y hasta amenaza lluvia. Llegamos al pueblo de Thi Tran y cuando creemos que toca atar las bicicletas, en lugar de ello, las aparcamos en una especie de garaje cuidado por una lugareña. De nuevo Vietnam nos decubre que todo el mundo puede tener un trabajo aquí, en este país en el que todo se vende y todo el mundo puede poner en marcha cualquier negocio creo que hay poca mendicidad, simbólicamente hemos visto en Saigón y nada más por el momento.

Pescado muy muy fresco en el mercado de Thi Tran
Nos acercamos al mercado local, vital y con puestecillos en todas direcciones. La zona del pescado es fresca, fresca, nos llaman la atención peces que van dando saltos en el suelo, acabados de pescar y si lo quieres más fresco, una palangana te lo ofrece nadando en su interior. La carne ya nos parece otra cosa, sin refrigerar y a tope de moscas lo que me hace pensar, y no es la primera vez, en lo bien que me siento habiendo tomado todos la vacuna contra la fiebre tifoidea! 
Finalizamos la visita, recuperamos las bicis y volvemos a los bungalows que tan bien nos han acogido por una noche. Recogemos trastos y nos vamos hacia Can Tho, nuestro próximo y último destino en Vietnam. En cuanto llegamos nos damos cuenta que hemos aterrizado una ciudad moderna (lástima que apenas sean sólo 24hs) que invierte la tradición: el sur es más cosmopolita que el norte de Vietnam.  Comida rapidita y visita a un templo chino y una pagoda, misión cumplida nos vamos al hotel!!!!!
Vendo patos, te tocas un pie?
Nos recibe un hotel flamante, un 4 estrellas en muy buenas condiciones: piscina, gimnasio, skybar y resto de comodidades. Pol y Marina están cansados, los 13 días de viaje a buen ritmo que acumulamos empiezan a pesar y se nota. Por ello decidimos hacernos un regalo, un buen masaje, lo que es una buena tradición a buen precio en este país. Disfrutamos de 40 minutos de gloria mientras dos hábiles mujeres nos masajean la espalda, wow, que lujazoooooo!!!!! Piscina, ducha y paseo hasta la hora de cenar. 
Decidimos ir a un restaurante local el Phuong Nam en el que Xavi se atreve con un plato de cocodrilo a la brasa. Paseamos por la animada ciudad de Can Tho y despedimos el día desde el sky bar del hotel contemplando los neones de la ciudad desde un 10º piso.  Y se acabó! que mañana a las 7h nos vamos a ver los mercados flotantes!!!!

Deseos en los templos chinos

martes, 20 de septiembre de 2016

De película: el delta del Mekong (HoChi Min – Delta del Mekong día 14 #vietnam16im)

El Mekong, e impone!
 Empezamos el día pronto, con Trang, nuestra guía, y el conductor camino del Delta del Mekong. Necesitamos dos horas de carretera para ver el río, el de los 9 brazos, que luce enorme y marrón, absolutamente marrón. Llegamos a un pequeño embarcadero en el que nos espera una barca a motor, barca que parece haber tomado prestadas las sillas de bambú de cualquier terraza para ahora pasear turistas cómodamente sentados. Nos acomodamos y la barca baja ágil por el caudal, una primera parada en una fábrica artesanal de ladrillos, segunda parada en un negocio de cocos (pelado manual por hombres ayudados de un pincho clavado en el suelo y un machete) y pequeña fábrica de caramelos de coco. Las visitas nos llevan las manos a la cabeza, menudas condiciones de trabajo, empezando por hornos que queman 12 díaschicas sentadas en banquitos con una tele por toda compañía y envuelve 1, 2, 3, 100, 1000 caramelos a mano. Siempre es interesante conocer la realidad del país  que visitas aunque, en ocasiones, si te acercas mucho se te encoge el corazón.
Duro trabajo, pelar cocos todo el día
Mujeres trabajando con una tele por compañía
Transporte de cocos por el Mekong
Abandonamos la barca a motor y cogemos bicicletas, agradable paseo entre bananos y palmeras hasta llegar a un restaurante tirado y perdido en el delta del Mekong. No hay carta, sólo un menú único de especialidades vietnamitas cuya estrella es un pescado aguantado en un soporte de madera como si aún estuviera nadando, es el famoso pez de oreja de elefante del delta, que por cierto, a pesar del reparo inicial viendo como nuestra camarera lo servía a base de golpes con la mano, luego resultó estar riquísimo.
Pez de oreja de elefante listo para consumir
Cocinando a la vietnamita, mis rodillassssssss
Con la barriga llena, pequeño recorrido en bici por la selva hasta llegar a un pequeño embarcadero donde nos espera "el gondolero de Vietnam", ahora navegaremos por canales pequeños sin motor, como en las películas americanas, sin ruido, deslizándonos por los canales y... esperemos que no salga nadie por la orilla agazapado tras la exhuberante vegetación. Ha sido una buena experiencia! Llega el momento de recuperar la barca a motor y acercarnos a un embarcadero en el que por arte de magia nos espera nuestro chófer, mira que bien, ahora hacia "chez l'habitant". Recorremos caminos y caminitos hasta que la furgoneta se detiene en algún punto del delta del Mekong en Ben Tre. Nos rodean gallinas y otros animales en el momento en que abandonamos la furgoneta y nos dicen que hemos de caminar mientras observamos como un simpático vietnamita carga nuestras maletas en su moto y desaparece por el camino!!! Caminamos 5 minutos entre selva y alguna casita hasta que llegamos al Jardin du Mekong, lo que sería una casa rural con bungalows de lujo en medio de la selva, qué gustazo! Ayudamos a cocinar la cena, ya somos todos unos cocineros vietnamitas cocinando banh xao, los crêpes con gambas, cerdo, soja y "noix de coco". También comeremos pescado envuelto en hojas de banano que están haciéndose en unos pequeños hornos de leña. Cenamos lo que nos han cocinado las mujeres de la familia local y alguna que otra especialidad cocinada por nosotros, todo estaba buenísimo!!!!! Llega el momento de relajarse, pies a remojo en citronela y masaje de pies para poner punto y final a un día redondito.

Los niños empiezan a notar los 15 días fuera de casa, Pol reclama sus rutinas para estar tranquilo. A las 22h todos en la cama, sueño... buenas noches y hasta mañana.

lunes, 19 de septiembre de 2016

Caos moderno en Saigón, pero caos al fin y al cabo (Hoi An – Ho Chi Min día 13 vietnam165im)

Gambas y cualquier cosa desecada
en el Mercado chino
Quizás el Mercado de San Miguel de Madrid
 Tiene origen vietnamita?
Hoy nos ha tocado madrugar, a las 5h en pié para volar a Ho Chi Minh. Dejamos el hotel camino del aeropuerto de Da Nang y a las 10h aterrizamos en Saigón. Nos recibe una ciudad moderna, o mejor dicho una ciudad mucho más moderna y cosmopolita que cualquiera de las que hemos pisado hasta ahora Hanoi, la capital, incluida. Por primera vez en nuestro viaje nos va a acompañar una mujer guía, Trang. Nos da la sensación de que sigue el calor sofocante aunque quizás la temperatura no es tan alta aquí. Nos subimos a la furgoneta que es nuestro transporte y enseguida comprendemos que una ciudad con 10 millones de habitantes sin metro ni tranvía supone la invasión de las motos que circulan como y por dónde las da la gana. No soy experta ni en polución ni en contaminación pero en Saigón no hace falta buscar explicación a las mascarillas que lleva la gente, rápidamente identificamos tubos de escape que dejan ir humos grises y negros en cantidades importantes, me parece que las ITV's no han llegado a este país.

Visita rápida a la ciudad: Mercado chino de Cho Lon, catedral de Notre Dame y el edificio de Correos del mismísimo Gustave Eiffel, ya tenemos hecho el recorrido de "Saigón monumental", uy no, faltbaba el teatro municipal que vemos "de pasada"  ya que tanto Marina como Pol están cansados ​​de monumentos. Por suerte nos aparcan en el hotel hasta el día siguiente, libertad !!!!

Catedral de Notre Dame
Hacemos caso de las recomendaciones de la chica de recepción para ir a comer, el primer restaurante de TripAdvisor nos dice, y así, tras derretirnos caminando por las calles de Saigón llegamos a lo que nos parece una casa colonial reconvertida en restaurante. Para variar no hay aire acondicionado, los ventiladores caen lejos y no nos secan, Dios mío !!!! Alrededor de las mesas hay pequeñas cocinas que creemos entender ofrecen diferentes tipos de cocina y platos, la idea parece curiosa pero el resultado ha sido malísimo, entre que nosotros no hemos entendido la carta y el camarero ha ayudado poco o nada hemos comido muy malamente en el Restaurante NGON (160 calle Pasteur en Ho Chi Min).
Volvemos al hotel, reposo y a la calle en la ciudad de "las imitaciones", momento de explorar el Mercado de Ban Thanh y la calle Le Loi que parece lo más cosmopolita del lugar. Con algunas compras realizadas llega el momento de cenar en el Hard Rock Café, taxi y hacia allí que nos vamos. Ooooooh nachos, hamburguesas y ribs, qué festival !! Además al ser sábado nos encontramos con música en directo que nos acompaña en una magnífica cena. Los más contentos Pol y Marina que no comen un cuenco de arroz en una comida desde hace 12 días. Paseo rápido por el mercado nocturno para volver al hotel, mañana nos vamos al delta del Mekong.

Correos by Gustave Eiffel
Negociaciones en Ban Trah
Caos del bueno en las calles de Saigón

domingo, 18 de septiembre de 2016

Conociendo y viviendo la vida rural de Hoi An (Hoian día 12 #vietnam16im)

Nos despertamos en Hoi An por segunda vez, hemos dormido dos noches seguidas en el mismo sitio, eso no nos ocurre a menudo en este viaje! Hoy a las 9h cogeremos bicicletas y nos iremos al campo, al pueblo de Tra Que, sí, sí, y silbaremos como lo hacía la troupe de Verano azul hace unos cuantos años. Salimos del hotel con nuestro guía Bièn subidos a 4 flamantes bicicletas dispuestos a vivir una mañana en la campiña aprendiendo de campesinos vietnamitas, cocinaremos lo que luego comeremos y veremos muy de cerca como se vive en este país. Parece que el tiempo nos acompaña, luce nublado lo que agradecemos enormemente, así no molestará demasiado nuestro querido Lorenzo, el sol. Pedaleamos entre charcas de agua que son "criaderos de gambas", entre dos siempre hay una pequeña casa de paja para el guarda que vigila por la noche. En las charcas se ven unos aparatos formados por palas para remover y oxigenar el agua cuando no sopla el viento. Es cierto que en todos los restaurantes aparecen las "shrimp" cocinadas de diversas maneras pero con poco gusto a gamba, más bien no saben a nada. Me viene a la memoria el negocio Bubba gump de Forrest Gump, igual se inspiraron aquí, ya que según Bièn con las gambas puedes hacerte rico.

Xavi campesino vietnamita
Banh xeo handmade con nuestras manitas 
Llegamos a lo que nos parece una "casa de pagès" (casa de campo) vietnamita y nos invitan a vestirnos con la típica casaca vietnamita de campesino, será que en los países comunistas uniforman a la gente que trabaja en el campo? Salimos a pasear entre los cultivos, verduras plantadas a derecha e izquierda y ecológicas, mira que bien! Llega el momento de la práctica como en cualquier buen máster que se precie, se aprende haciendo, y dicho y hecho, azada en mano removemos un trozo de tierra, abonamos la tierra (que parece arena de playa) con algas marinas, plantamos lechugas y regamos,. ea! Trabajo hecho!!!
Volvemos a la casa, nos espera un reconfortante masaje de espalda y pies, bienvenidos tras el esfuerzo!!!

Y ahora nos ofrecen un bonito delantal, ay eso significa a cocinar. Maceramos pescado (parece algún hermano pequeño del atún) con verduras "en papillote" dentro de dos hojas de banano y después nos iniciamos en el banh xeo, los crêpes con cerdo y gambas decorados abundantemente con cebollino. Pues no nos ha salido nada mal y estaba todo muy rico, a ver si la familia se anima a repetir cuando estemos en Barcelona!Con el estómago lleno tras un agradable almuerzo en el jardín es el momento de volver con nuestras bicicletas. Y hablando de bicicletas, menudo reto ir con ellas por Vietnam por donde te da la gana: que quiero cruzar ambos sentidos de la marcha, adelante! que ahora voy contra dirección, ningún problema! que ahora tengo que girar a la izquierda metiéndome en un carril contradirección, no pasa nada! un semáforo, y eso? Así, dándole a los pedales voy pensando en nuestras salidas en bicicleta por Sitges, siempre evitando carreteras y coches, no sé como Xavi no tiene los pelos de puntaaaaaa
La ley de los semáforos en Vietnam
Antes de llegar al hotel visita a una pagoda en la que nos encontramos a los monjes en pleno rezo. Llega el momento de recuperarse un poco en el hotel, piscina y aire acondicionado a partes iguales para despedirnos por la noche de Hoi An. Hoy es sábado y Hoi An está repleta de gente que camina bajo los farolillos de las calles escuchando música y canciones por todas sus esquinas.
Cenamos en el Café 96, muy muy bien, y haciendo honor al concepto máximo de "comida casera", cepillos de dientes de los propietarios en los lavabos incluidos!!! Lástima del insoportable calor que ni los ventiladores consiguen disimular.
Tras la cena paseíto deleitándonos con los farolillos de colores que cruzan las calles del centro histórico de Hoi An y como si estuviéramos en el cuento de la cenicienta a las 22h puntualmente tiendas, restaurantes, cafés y farolillos se cierran y se apagan al unísono. Toca cerrar maletas y mañana vuelo a Saigon, los días corren y no se detienen!!!!
Família sobre ruedas
Noche devota en Hoi An
Farolillos en Hoi An

lunes, 12 de septiembre de 2016

Cao Lao, rosas blancas y banh xeo, la meca de la gastronomía vietnamita en Hoi An (Hué - Hoi An día 11 #vietnam16im)

Hoy nos toca cambio de hotel y de ciudad, abandonamos Hué y nos vamos a Hoi An. Salimos pronto, Bièn ha insistido en que tenemos por delante 3 horas y media de carretera ya que vamos a subir al Paso de las Nubes, el puerto de montaña Hai Van (Đèo Hải Vân) desde donde contemplar la península de DanAng. Al principio nos hemos imaginado una carretera similar a la rumana del Transfagarasan pero a decir verdad le falta mucho para parecerse. Subimos a 500 metros y cuando nos paramos a disfrutar  "de unas vistas espectaculares" nos encontramos con restos de guerra vietnamita, algunos cuentan que es una antigua fortificación francesa tiroteada por todas partes y un incontable número de vendedores de bebidas, comida y baratijas varias. Subimos un poco por la montaña buscando las tan renombradas vistas y a pesar de nuestro empeño todas ellas están cruzadas por innumerables cables eléctricos. Conclusión: la hora extra de coche te la puedes ahorrar y pasar por el túnel!!!

Gusanos de seda
Llegamos a Hoi An y nos acercamos a una fábrica de seda. Nos enseñan todo el proceso desde los gusanos (sí, los mismos que tenía yo de niña en una caja de zapatos agujereada), los capullos amarillos y como hilan la seda. Vemos a muchas chicas en sus bordadores bordando "a medida", sí, sí, das una fotografía y son capaces de bordártela igual, increíble!!! Hoi An parece ser la ciudad de todo a medida y en poco tiempo, la chica que nos acompaña insiste: si queréis un traje o un vestido os tomamos medidas y lo tenéis listo en 24hs, nuestros talleres y sus máquinas de coser, si hay trabajo funcionan las 24hs del día.
Hilando capullos de seda
Nos vamos a almorzar a la "old town" de Hoi An y probamos el típico Cao Lao de la zona (hecho con noodles, crouttons, láminas de cerdo, y lo más importante: agua de los pozos de Hoi An), que no nos entusiasma para nada, además de sudar como locos en la monísima y calurosa terraza del restaurante Citronella, hoy no nos han salvado del chorreo ni los ventiladores!

Salimos a turistear un rato por el casco antiguo de la ciudad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1999. Cruzamos el archifamoso puente cubierto japonés del s.XVI empezado en el año del mono y acabado en el año del perro, es decir, 3 años después. El puente además lleva un templo incluido en uno de sus laterales y representa el auge de la comunidad japonesa en Hoi An. Luego vamos a visitar una abarrotada casa tradicional y la casa comunal de la comunidad china. Hace muchísimo calor y sabemos que nuestro hotel tiene piscina, no podemos resistirnos más, nos apetece dejarnos llevar por las calles y callejuelas de Hoi An pero lo dejaremos para más tarde, ha llegado el momento de refugiarse en el aire acondicionado y remojarse en la piscina.
El famoso Cao Lao
El puente cubierto japonés de Hoi An es el reverso de los billetes de 20.000 dong
Incienso con petición en la casa comunal de Phuc Kien de Hoi An
Vestido, traje???
A media tarde, tras el recovering en el hotel volvemos al asfalto, no queremos dejar pasar la que hasta el momento es la ciudad con el centro histórico más limpio, aceras en las calles y zonas peatonales. Pedimos un taxi y nos llega un simpático, educado y pulidito taxista con su flamante taxi verde. Nos acerca a la Old Town por la que nos paseamos arriba y abajo, debe ser un día especial ya que por doquier venden farolillos de papel con velas que todo el mundo deposita en el río. 

White rose
Llega la hora de cenar y nos decidimos por el restaurante Dac San Hoi An en el que probamos el resto de especialidades culinarias de la zona:
  • Won ton frito (pasta de arroz rellena de carne con verduras)
  • Banh xeo: tortitas saladas enrolladas con hierbas aromáticas en papel de arroz
  • Rosa blanca (white rose): gambas cocidas al vapor envueltas en papel de arroz 
No hace falta deciros que won ton, banh xeo y white rose nos entusiasman muchísimo más que el Cao Lao, así pues, buena cena rematada con buen café en una bonita ciudad, alguna cosa más? La noche ha caído sobre Hoi An que ha encendido sus múltiples farolillos de colores!

domingo, 11 de septiembre de 2016

Ciudades imperiales destruidas que juegan a ser reales (Halong - Hué día 10 #vietnamim16)


Empezamos el día a las 9h con Bièn, nuestro guía en la zona, para hacer turismo por la ciudad y alrededores. Como cada día el sol es abrasador y la temperatura ambiente, tempranito, ya ha pasado ampliamente los 30 grados, hoy la previsión es de 38 grados (si le sumamos el 90% de humedad ya sabemos que vamos a pasarnos el día chorreando!). 
Ciudadela de Hué
Nos dirigimos a la ciudadela de Hué, ciudad imperial que tuvo 13 emperadores. Casi todos los edificios del recinto han sido destruidos en cualquiera de las múltiples guerras en las que ha estado envuelto el país, por ello la mayoría han sido restaurados y muchos otros nunca se recuperarán. El palacio de Thai Hoa conserva el salón del trono aguantado por 80 columnas de madera. El trono está situado encima de 3 escalones que simbolizan el agua, la tierra y el cielo. Tras el palacio un edificio a la derecha para los mandarines civiles y otro a la izquierda para los mandarines militares. Nos paseamos por el recinto escuchando historias (como nos gustan, y este país si algo tiene son cuentos, leyendas y muchas historias) de reyes con 500 concubinas, tres mujeres oficiales y 148 hijos (menudos "machotes" de la época). Pasamos de pabellón a pabellón buscando la sombra para no morir en el intento y, al acabar, aparece sonriente nuestro chófer con su furgoneta fresquita, agua fría y unas refrescantes toallitas que nos devuelven a la vida.

Mientras secamos el sudor en nuestro vehículo nos vamos a la pagoda de Thien Mu, la "dama celestial". Siendo honestos, no diré aquello de  vista una pagoda vistas todas pero casi, ya que la mayoría repiten estructura y significado. Hemos caminado la pagoda hasta el final y coincidimos con una plegaria de sus monjes. Todos van vestidos de amarillo y llevan en la mano algo parecido a un rosario mientras repiten oraciones dando vueltas alrededor de lo que parece el altar. Nos sorprende la juventud de algunos monjes, niños que difícilmente llegan a los 14 años y cuando preguntamos a Bièn nos cuenta... una historia: así, cuando en una familia budista nace un niño y se pone enfermo, la familia asume que su hijo "no ha nacido en el buen momento" y lo llevan a la pagoda con la esperanza que los monjes lo recuperen. Cuando el niño crezca podrá decidir si se queda o se va de la pagoda.
Monjes de plegaria en la pagoda
Cociéndonos con alegría en la tumba de Minh Mang
Es pronto para ir a almorzar y decidimos acercarnos a la tumba de Minh Mang, el 2º emperador de la dinastía que reinó en Hué. La tumba, vista desde el cielo, representa una persona estirada, con la cabeza en la colina de Cam Vie y las piernas hacia el mar. Acabamos la visita empapados en sudor, si no hemos llegado a los 40 grados nos hemos quedado muy cerca, vamos a comer a ver si nos secamos un poquillo!

Sombreros cónicos handmade
Paradita en un restaurante local correcto y punto. Cruzamos la carretera para visitar lo que nosotros europeos acomodados, creemos que es una fábrica de sombreros cónicos, de Nón Lá  y resulta que "la fábrica" es una chica con un tenderete donde cose sombreros. Nos cuenta y nos enseña que la cosa es sencilla, a partir de una estructura se pone una capa de latania (un tipo de palmera), ahora se puede poner alguna ornamentación (escenas de la ciudad recortadas en papel de periódico) que se verá a contraluz para colocar una segunda capa de latania, coser y barnizar para proteger, sombrero acabado. Sólo nos faltará ponerle la cinta para sujetarlo al cuello y que no se nos caiga.

Es momento de volver al "recovering" del aire acondicionado del hotel, piscina y paseo por el caos y la suciedad de Hué antes de la "cena real".

Arte en el plato
Bièn nos pasa a buscar a las 19h y nos acompaña a un restaurante para disfrutar de la turistada de cenar vestidos de Rey, Reina y mandarines. Horribles y horrorosos disfraces que además nos dan muuuuuucho calor, y de eso ya tenemos suficiente, hacemos 4 fotos de compromiso (ninguna de las cuales vamos a publicar) y empezamos a cenar. Delante nuestro, en un restaurante vacío, dos músicos y una cantante nos ofrecen canciones tradicionales mientras degustamos platos "reales" adornados con pájaros y barcos confeccionados con patatas, zanahorias, calabacines, pepinos y otras hortalizas. Buena comida pero cena triste en un restaurante sin nadie más. A las 20'30h ya hemos acabado, Xavi busca un café que no encontramos por ningún sitio y optamos por un helado en una de las pequeñas tiendecitas que salpican las aceras.

Vuelta al hotel, el aire  acondicionado nos espera y a pesar de los 33 grados nocturnos al exterior, volvemos a plancharnos en la cama. Estamos sorprendidos que, a pesar del cambio diario de cama, el cansancio nos ha permitido dormir bien sin "extrañar" nuestra camita. 
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