No me creo que ningún director o directora general de ninguna empresa no tenga perfil personal en facebook o lea los comentarios que hacen los usuarios de los restaurantes a los que van. Tampoco me creo que ningún jefe o jefa de departamento hayan compartido ningún documento en Google Docs. Y me creo menos aún, que la mayoría de empleados y empleadas de una empresa no usen a nivel particular ni Internet ni el social media (SM).
Para él todo es móvil y digital |
Por el contrario, sí creo, y esta semana varios compañeros y compañeras me lo han demostrado, que tod@s en "nuestras cosas" estamos convencid@s que Internet cambió nuestras vidas, que vino para quedarse y que tras la explosión del SM ahora toca ver, con calma, que me sirve y que no me sirve de todo esto.
Uno me pedía una guía de twitter para explicarle a su mujer como funciona el servicio del pajarillo azul, otra me explicaba como viendo videos de cocina en Youtube hacía unos platos riquísimos, un amigo me pasaba el link a un álbum de Picassa para ver las fotos de su último viaje y yo misma confirmaba la asistencia de mi hijo a una fiesta de cumpleaños apuntándolo en un excel de Google Docs. Vamos que ejemplos los hay y muchos sin necesidad de ir a buscar a los más geeks del lugar.
Pero, cuando decidimos aplicar el SM a la empresa, entonces, no es lo mismo, parece como si tod@s dejaran cada día su yo internauta-2.0 en la puerta de entrada y sentadit@s en sus mesas de despacho recuperasen la máquina de escribir, los manguitos y la visera para convertirse en aquell@s oficinistas de principios del siglo XX.
Quizás, muchas personas padecen una importantísima brecha entre lo personal y lo profesional y, como decía José Antonio Merlo Vega en su conferencia de clausura de Bibliosalud 2011, hacen un uso adolescente de los medios sociales, que en cierta manera, les impide ni tan siquiera imaginar una aplicación empresarial.
Como leía el otro día de Isaac Mao (Sharismo: una revolución de la mente) "los que comparten están acumulando capital social y una superabundancia de respeto por parte de la comunidad" y eso, ¿No interesa a las empresas? ¿No quieren ser ellas y sus marcas respetadas por las personas que surcan la Red? Parece como si muchas de ellas, por suerte no todas, cada vez que escuchan 2.0 y medios sociales se vuelven sordas y miran hacia otro lado adoptando una postura cómoda y nada comprometida. No quieren oir que todo esto, les acerca más que nunca a sus clientes, que al final, son los que les van a proporcionar sus tan "ansiadas ventas de unidades".
Así, las empresas que decidan no "moverse", que practiquen la resistencia al cambio, y no crean en el sharismo ("Cuanto menos compartes menos poder tienes") corren el riesgo de ser arrasadas por un tsunami que les lleve al convencimiento por la obviedad... pero quizás demasiado tarde con la consiguiente pérdida de oportunidades que conlleva.
Eso sí, cuando l@s emplead@s crucen la puerta, sacarán del bolsillo sus iphones o smartphones de turno y alegremente publicarán con su usuario de twitter: por fin en la calle !!!
Dales tiempo .... poco a poco, es que esto va muy deprisa, a algunos nos gusta la velocidad, pero a los "jefes" de las empresas les da miedo, como decía Antonio Fernández, el dinero (y yo añadiría la responsabilidad) es miedosa ....
ResponderEliminarNo dejéis de leer esto:
http://www.enpalabras.com/blog/?p=319
".... sólo me queda pediros que entre todos logremos animar a esos inversores para que salgan de la renta fija .... " lo mismo se puede decir de los "superjefes", que se animen a salir de la "zona de confort".
Muy bueno. Imparto tu tesis. Las empresas pondrán pegas, pero poner barreras al monte,...
ResponderEliminarEnhorabuena
Muy bueno Mónica!!, porque es verdad que la gran mayoría de la gente sí que está vinculado al SM de una manera u otra.
ResponderEliminarEn las empresas la cuestión es que esa decisión tiene que venir tomada por alguien, alguien que no tenga miedo a salir de la "zona de confort" y que vea el sharismo como un elemento potente en compartir, más que la interpretación que hacen algunas empresas de "exposición".
Yo creo además que la responsabilidad de cada usuario 2.0 es transmitir a su empresa ese conocimiento para poner su granito de arena a que el SM sea aprovechado "con conocimiento" en su organización.
Felicidades Mónica :)
¡Qué razón tienes! Des de la dirección a veces se ve más la parte negativa del sharing, que la positiva. Como dice Juana la prudencia a veces es enemiga del progreso.
ResponderEliminarPienso, como decís en los comentarios, que la prudencia y no querer salir de la zona de confort pueden son los motivos principales. Lo ven como algo que está ahí pero que no es prioritario. Pero cuanto más tiempo tarden las organizaciones, más les va a costar lograr que las personas que las integran se adapten a sus planteamientos en los medios sociales. Mejor hacerlo ahora, paulatinamente, sin que sea una imposición, de forma natural. Además, si siguen sin cambiar, están desperdiciando talento interno que ya está preparado para liderar este cambio.
ResponderEliminarAl final te decidiste a escribirlo y te ha salido un post genial!
Se puede decir más alto, pero no más claro. Gracias por compartir esta reflexión, Mónica.
ResponderEliminarEl dospuntocerismo adolescente morirá, como la adolescencia, dando paso a la madurez. Y en la madurez del compartir, habrá que estar preparado para sacar provecho. Efectivamente, no somos dos personas con dos vidas diferentes, nuestras vidas profesional y personal se mezclan cada vez con más facilidad. El primer paso lo dieron las empresas, facilitándonos móviles que abrían la veda del "en cualquier momento, en cualquier lugar". Hoy en día, muchos disponemos de teléfonos inteligentes, a veces personales, a veces profesionales, ¡y a veces ambos!, que nos permiten, además, compartir datos, ideas... y con ello crecer. Y se mezclan también con nuestros horarios, como antes lo hicieron los móviles.
Personalmente, todo lo que aprendo (independientemente del entorno en que lo haga) revierte en mis dos facetas, la personal y la profesional, creo que ya hace tiempo indisociables. Así que espero que mi empresa siga entendiendo que así es, sin cuestionar qué digo (siempre que no perjudique a la marca) ni cómo lo digo, igual que no cuestiona qué leo ni de qué hablo cuando abandono el despacho.
Quiero seguir diciendo "por fin es viernes", porque me gusta disponer de tiempo libre, y quiero seguir entusiasmándome con cada cosa que hago y dedicando tanto tiempo a los proyectos como haga falta, siempre que se cumpla el quid pro quo... No discutiremos por eso, ¿no?
En mi empresa los ordenadores están bloquedadosnparabel 2.0 por una cuestión de miedo a la perdida de tiempo. A nivel institucional si que haybuna cuenta de Facebook y de Twitter pero a nivel interno el uso adolescente del 1.0 hace pensar en lo peor si abren los canales. Se de mas empresas que piensan así, no es miedo al progreso es miedo al mal uso por la fama de lúdico y la vinculación al tiempo de ocio que tien el 2.0
ResponderEliminarHola!! Encantado de haberte encontrado, tenemos un proyecto en Salud Mental muy vinculado a lo 2.0 (proyecto pro-salud mental en lucha contra el estigma que padecen los afectados por problemas mentales y que hace uso de las plataformas blogger, facebook y twitter para "saltar ese muro" invisible que separa a estas personas con la sociedad)
ResponderEliminarNuestro proyecto se llama SALTANDO MUROS, lo llevamos una psicóloga y un enfermero del área externa de salud mental del hospital universitario de canarias y nos hemos encontrado con que sólo para que nuestro blog sea visible en la red de nuestro centro hemos tenido que pasar no sé ni cuántos filtros pero los comentarios de blogger y por supuesto nuestro facebook y twitter están bloqueados...
Evidentemente el cierre a lo social media es justificado por el tiempo "perdido" frente al ordenador... ¿perdido? si como dices hay usuarios con perfil 0.0 que sean amonestados pero cerrar a todos para evitar que unos pocos hagan mal uso creo q es un error.
Un saludo, te esperamos por alguna de nuestras plataformas.
César M.