De un tiempo a esta parte he asistido a múltiples jornadas, encuentros, sesiones, desconferencias o como queramos denominar a las reuniones presenciales en las que se habla y se presenta la salud 2.0. En casi todas el formatos es similar: uno o más ponentes/facilitadores que intentan explicar y compartir con su audiencia en que consiste todo este jaleo de la salud 2.0 y como puede mejorar y/o cambiar la relación médico-paciente, la relación entre profesionales y cualquier otro aspecto del mundo sanitario.
Encantador de serpientes. By latrola.net El encantador en acción |
Las mariposas revolotean por la barriga, estamos nervios@s, inspiramos y... ahí empieza todo. Nuestra voz y nuestros gestos están listos para cautivar y convencer con nuestras ideas y sentimientos a quien nos escucha desde su asiento. Tenemos un tiempo finito y precioso para ganarnos su confianza y hacerlos cómplices de nuestra historia. Así, conforme pasan los minutos lo notas, es un sentimiento intenso, profundo que te empuja con fuerza hacia el auditorio y te acerca a todas y cada una de las personas que allí están. Es la sensación de entablar una gran conversación, te distensionas, la voz adquiere el tono justo, tus gestos se vuelven empáticos y es entonces cuando lo percibes: la presentación será un éxito por haber conectado con el público.
Pero... a todo el mundo le ocurre lo mismo ¿? Más a menudo de lo que me gustaría oigo aquello de: cualquiera puede explicar cualquier cosa ante un auditorio. Sí, por poder puede, pero ¿Realmente conseguirá que su historia pase a formar parte de las historias de su audiencia? Seguramente cosas como no meter las manos en los bolsillos, no dar la espalda, no hablar de manera monocorde ni muchas otras cosas que te explican en cursos variados sobre como hablar en público todos somos capaces de aprenderlas y aplicarlas, ahora bien: la empatía se aprende? Yo digo que no, que es un valor intrínseco muy ligado a la personalidad de cada uno y directamente relacionado con la pasión que imprimimos en nuestras acciones.
Además, ahora con todo esto del 2.0, resulta que no sabemos si l@s enamorador@s 2.0 serán buen@s enamorador@s de carne y hueso ni si su elocuencia con las teclas tras la pantalla será empatía en 3D.
Lo que siempre debemos pretender cuando "contemos una historia" es que los asistentes, tras el "Muchas gracias" y los aplausos (que esperemos los hayan) digan: ¿Ya se ha acabado? Me ha volado el tiempo sin darme cuenta !!
*Enamorar en 2.0 es un concepto acuñado por Carlos Matabuena hace ya bastantes meses que empieza a dar vueltas por twitter antes de las exposiciones de algun@ de la twittpandilla de salud ;-)
*Un gran blog sobre como planificar, estructurar, diseñar y exponer presentaciones es El arte de presentar. Y recomendado especialmente el post ¿Cuál es tu perfil como orador?
Y CERRANDO EL POST MI PRIMER STORIFY:
Hola Mónica:
ResponderEliminarPues yo creo que la empatía, como cualquier cualidad, si se puede aprender (quizá sea más correcto "entrenar").
Como bien dices, esta ligado a la personalidad de cada uno, pero aunque sea muy poco, creo que todos somos mínimamente empáticos. Por ello, es cuestión de entrenar esta cualidad y darle rienda suelta.
Creo que enamorar en 2.0 y en cualquier otra cosa, depende de la conexión que se logre, de la pasión con que se exponga el tema, de lo interesante que lo hagas. Y así puedes enamorar al menos empático del mundo.
Un saludo.
Tienes razón Jesús, las habilidades se entrenan y se mejoran. Aún así, sin hacer nada algun@s se suben al estrado, agarran un micro o simplemente empiezan a hablar y generan aquel ambiente que nos transporta a su mundo. Y cuando ocurre, la sensación es tan magnífica que su pasión se convierte en nuestra pasión !!!!!
ResponderEliminarGracias por el comentario :)
Yo creo que contar una historia es transmitir pasión y créertela, sobre todo. También es cierto que conocer a priori la composición del auditorio te puede dar pistas sobre cómo enfocar, cómo enfatizar unos pasajes en detrimento de otros.
ResponderEliminarRecuerdo algún "cómo se hizo" de Pepe Rubianes o Paco Morán, y ambos se ponían al lado de la taquilla, antes del espectáculo, para tener una idea de la composición del público.
Pero me reafirmo en que si quieres convencer, te lo debes creer y se tiene que notar la pasión.
Enamorar... más que enamorar, se trata de seducir, más aún, de practicar "fast seduction", pues tampoco tienes demasiado tiempo como para convencer al público.
Hay algunos que lo tienen más fácil que otros... algunos miran, gesticulan, usan la voz, la mirada, de un modo intuitivo, y convencen.
Otros necesitan de preparación previa, de imaginar, visualizar, ensayar... y también triunfan.
Mi consejo es que sea innato o preparado, siempre prepararlo: el intuitivo no siempre tiene el mismo carácter, el mismo humor, y ante un mal día, la preparación lo salvará.
Como dice el siempre sensato Rafael Pardo, el prepararlo hace mucho, aunque luego enamores improvisando y empatizando con tu público. Mi estrés el año pasado en el 1CBS era que no podíamos llevar nada preparado. Es difícil dar una charla y enamorar sin saber de qué vas a hablar exactamente.
ResponderEliminarNo creo que todo el mundo pueda ponerse delante de un montón de gente en un auditorio y explicar algo. Y enamorar, o únicamente seducir, mucho menos.
ResponderEliminarPor supuesto, es fundamental conocer bien el tema y tenerlo preparado, pero... Se necesita algo más, ese "no sé qué" que hace que la conexión entre público y ponente sea total.
Totalmente de acuerdo con esa descripción: "se me ha pasado el tiempo volando". Buenísima señal escucharla.
RAFA: de tu brillante comentario me quedo con la capacidad seductiva del ponente que no sólo corresponde a su aspecto físico. Saber crear química positiva con la audiencia es nuestro gran reto. Y l@s que lo hacemos de vez en cuando sabemos la de horas y vueltas que das antes de salir a contar tu historia ;)
ResponderEliminarJOMEINI: tienes razón, hablar sin un guión no es fácil y genera mucha incertidumbre. Pero también es el momento de expresarte y mostrarte en tu estado más puro. Al final todo son experiencias que nos ayudan a ser mejores en las "próximas veces".
PILAR:coincido en la existencia del "no sé qué" para conectar con el público. Un poco es como el futbolista genial que parece tener un don para mover la pelota.
Y gracias por los comentarios que enriquecen el post!!!
Yo quiero aportar mi granito de arena. Enamorar con un discurso no es fácil pero es vital para que nuestro mensaje llegue, si conseguimos tocar la parte emocional del espectador, el resto vendrá solo. Es horrible ver a una persona que se sube a hablar y habla para si mismo, sin mirar al público, sin conectar, sin transmitir nada, sólo leyendo sus diapos. Yo también creo que hay algo de innato que sólo algunas personas tienen, puede aprenderse la técnica pero ese "no se que" se tiene o no se tiene. He tenido la gran suerte de ver a una gran maestra en acción, la pasión 2.0 es posible también en el 1.0. Un abrazo.
ResponderEliminarMónica, gran artículo y muy útil ahora que se acerca #2cbs y muchos amigos de la blogosfera sanitaria vamos a hablar delante de mucha gente.
ResponderEliminarIntentar enamorar, intentar convencer...
¿Sabes? A veces pienso que el 2.0 enamora sin palabras. Sin exposiciones, sin grandes elocuencias, sin demagogia.
Enamora por las personas que pertenecen a este mundo, por los seres humanos que habitan en él y le dan sentido.
Enamoran por gente como tú.
Gracias Mónica
Un abrazo
Cuando presencias una ponencia o conferencia muchas veces te encuentras ante un formato bastante encorsetado, creo que ahora para tener mayor impacto hay que incluir una parte de espectáculo! También hay una parte de "chou" y de innovación que no debiéramos de descuidar. ;-)
ResponderEliminar