Hoy nos despertamos en el
ecocampamento de Badian con una música diferente e inesperada, la de lluvia en nuestra cabaña. Queríamos levantarnos pronto y reintentar la búsqueda del hipopótamo que había resultado fallida la tarde anterior, pero
con la lluvia hemos preferido un rato más de cama. Nos vestimos, recogemos (cada día dormimos en un sitio diferente y hemos aprendido a no deshacer las maletas) y salimos a
desayunar. Mientras tomamos el habitual pan con mantequilla y mermelada
aparece Musa con una amplia sonrisa para decirnos que
justo detrás del campamento se encuentra un hipopótamo tomando un baño en el río!
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Sí sí es un hipopótamo en el río Gambia |
Es el momento de subirnos al coche e irnos hacia los
poblados peul de Dande y Dindifelo, fronterizos con Guinea Conakry. Llegamos a los pies de una de las montañas de la cordillera del Futa Jalon y empezamos la subida hacia Dande, no es fácil, en lugar de ir superando el desnivel poco a poco
el ascenso es casi vertical y más que trekking es pura escalada. Tras dos horas de piedras y gran desnivel, con mucho mucho calor y más humedad llegamos a la cima y vemos el poblado de Dande. Creo que esa imagen no la vamos a olvidar nunca,
ante nosotros aparecen las cabañas rodeadas de árboles sobre un espectacular manto de terciopelo verde que le confiere un aspecto de "pesebre africano". Nos recibe amablemente, como es habitual en este país,
el jefe del poblado, nos invitan a un buenísimo té y recuperamos un poco el aliento. Nos cuentan que el
poblado fue fundado en 1941 por dos hermanos que huían de la dictadura colonial en Guinea. Entregamos unos cuantos globos, caramelos, bolígrafos y cintas del pelo a los niños que los reciben con enorme alegría.
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Subida, subida y más subida |
Así, ya recuperadillos llega el momento de bajar e ir
en busca de la gran cascada. Cada vez que preguntamos al guía local que nos acompaña (no muy espabilado el pobre) siempre queda poco, 5 minutos que habitualmente se convierten en 30 o incluso en 60. Así, con 1'5 h más de bajada a las que aún sumaremos otra hora entre ida y vuelta a la cascada, llegamos por fin a la
esperada cascada que
cae desde 80 metros de altura. Nos bañamos en sus aguas frescas y ciertamente nos devuelve a la vida, que bien, que supersensación. A todo ello se ha hecho tarde y estamos sin comer, es momento de ir a buscar un plato de
Yassa pollo que nos comemos muertos de hambre a las 16h.
Ya con el hambre resuelto volvemos a subirnos en el 4x4 destartalado, el que ha pinchado una rueda al subirnos. Nos vamos a un nuevo campamento:
Chez Leontine, todo un ejemplo de
mujer africana pionera y emprendedora. Lástima que es uno de los alojamientos por el que tenía más interés y coincidimos multitud de viajeros que superan su capacidad. Resultado: nos toca una habitación/prisión que no se corresponde con nuestras expectativas, nos da la sensación de ser la casa de alguien y que corre corre que te pillo han escondido sus pertencncias detrás del armario. No hace falta decir que a estas alturas de viaje y ya con una idea bastante clara de África no pasa nada, tocará adpatarse y dormir "sin compañía" (hay unas enormes libélulas o algo similar que insisten en acompañarnos) bajo nuestras mosquiteras.
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Y la Z se dió la vuelta.. |
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Comedor de Chez Leontine,
conversaciones en buena compañía |
Mañana será otro día!
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Tomboronkoto - Dande - Chez Leontine |
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