miércoles, 16 de septiembre de 2015

Día 16 (19/8/15): Campana y se acabó!

School bus reciclados en San José
Maletas cerradas, todo dentro y a punto para el largo viaje de regreso. Último desayuno en tierras costarricenses y salida hacia el aeropuerto de San José. Recorrido más largo de lo esperado al toparnos con tráfico primero intenso y luego completamente parado. Accedemos a google maps, sí, nuestro mejor compañero en estos días, pusimos una tarjeta prepago en el iphone y por tan sólo 15 euros en 16 días hemos tenido un smartphone local que nos ha permitido recuperar la maleta perdida, circular sin alquilar un GPS para nuestro coche y buscar cuando ha hecho falta en Internet. Para nuestros próximos viajes vamos a repetir la estrategia: tarjeta local prepago y a volar! Comprobamos que hay un buen trecho rojo en nuestra ruta hasta el aeropuerto, igual que indica el GPS de la furgoneta que ha venido a buscarnos, por suerte vamos con tiempo y parece que no nos va a afectar. Llegamos con tiempo suficiente para los trámites de aeropuerto (sumemos a los habituales el pago de 29$ por persona en concepto de tasas de salida), check-in sin contratiempos, maletas directas a Barcelona y a la búsqueda de la puerta de embarque. 

Finishers!!!
Iniciamos la vuelta confiando en que sea más plácida que la ida (ESTA erróneo, transfer a la carrera con tren incluido en Miami y una maleta menos al llegar a San José), ahora ya vamos preparados, en el avión haremos ejercicios de calentamiento para estar en forma e intentar pasar los más de 5 controles de Miami en el menor tiempo posible. Tenemos un vuelo plácido de San José a Miami rodeados de un cielo azul intenso salpicado de nubes de algodón, buena despedida para un país que en agosto ve la lluvia varias veces al día, y aterrizamos en Miami. Llevamos nuestras deportivas calzadas, mochilas a la espalda y pasaportes “en la boca” como Rambo llevaba su navaja, a la que abran la puerta del avión vamos a salir disparados!!! Así lo hacemos, el cronómetro se ha puesto en marcha y disponemos de 90 minutos para pasar todos los controles y acceder al avión. Empezamos a la de 1, 2, 3!!! Nos topamos con un señor que reparte papelitos rosas y le preguntamos si son “fast pass” para inmigración, nos sonríe, nos pregunta y…. Sí, la siguiente chica nos abre una “puerta falsa” que nos permite: pasar por las máquinas de las fotos, preguntas y huellas sin apenas nadie, luego el policía que repite lo que has hecho en la máquina, el siguiente policía que vuelve a preguntar y se queda el papelito de la máquina, hoy nos toca pasar por delante del perro que lleva un arnés indicando "I’m not a pet" para acabar en una máquina que sustituye al arco de los metales en la que colocados como cualquier detenido te escanean de arriba abajo. Buf, lo hemos conseguido, paramos el cronómetro y… nos quedan 30 minutos antes de embarcar, increíble!!! Hamburguesa rapidita delante de la puerta de embarque y rumbo a Barcelona. El piloto tras el despegue dice que en 8’30h llega a la ciudad condal (hemos salido con casi 45 minutos de retraso), debe ser el Marc Marquez de los cielos, mejor para todos, ya tenemos ganas de llegar a casa.

Y, sí, a las 9’50h de la mañana aterrizamos suavemente en Barcelona, hemos llegado, si también llegan las maletas habremos gozado de una vuelta plácida y exitosa. Así una hora larga tras el aterrizaje empiezan a salir bolsas, mochilas y maletas, ya tenemos una, aparece la segunda y esperamos en vilo la tercera, la que se perdió a la ida. Quizás ella también quiera darnos una última emoción y no aparece, pasan maletas de todos los tamaños y colores, nos empezamos a poner nerviosos y al final aparece ella, risueña? No, no creo, aparece tal cual pero llegó, ahora sí, ya somos finishers de nuestro viaje a Costa Rica!!!!

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