Como de costumbre, una costumbre que ayer llegó a su cuarto año, los estudiantes fueron accediendo al aula y situándose al final, al final del final para ser más exactos. Cuando todos estuvieron sentados, las 5 primeras filas relucían vacías. Como de costumbre, les expliqué que no podíamos pasar las próximas dos horas así: yo en una tarima y ellos a más de 7 metros al final de la clase. Con lo dospuntocérica que soy yo, no sabían con quien se habían topado!!!
Lo solucionamos fácilmente, les dí dos opciones:
- Que un voluntario bajase a la tarima y pasase las diapos mientras yo hablaba desde la 6a fila ó
- Que todos se acercasen y entablásemos una "conversación normal"
Triste y sola se queda la facultad (viernes tarde) |
A pesar de sus resistencias optaron por la segunda opción y el ambiente se relajó. Así, todos más cerca los unos de los otros, empecé a contarles que Internet había cambiado y mientras lo hacía iba pensando que, para ellos, estudiantes de 19-20 años, Internet no había cambiado. Ellos, los millennials (y más de uno y una de la generación Z) , nacieron con la Red, crecieron con ella y están evolucionando con ella. Les hablé de "su prehistoria" cuando no había móviles, ni ordenadores en la mayoría de los hogares, y por supuesto ni imaginábamos el 3G que nos permitiría acceder a Internet en movilidad. Y ahí, explicándoles que habían módems de 57K y opciones para navegar sin imágenes (la única manera de no morir en el intento de leer una web en menos de 3 minutos) fue cuando, sin remedio, me sentí mayor. Tuve una extraña sensación de viaje en el tiempo, de aquellas películas en las que Hernán Cortés aparece en pleno siglo XXV rodeado de naves espaciales, uf, uf.
Y ellos empezaron a abrir los ojos como platos, por su cabeza pasaba gente que osaba salir a la calle sin un smartphone en el bolsillo, que no se acercaban a ninguna pantalla en días y casas desconectadas. Nos faltaba un clic, transitábamos ellos y yo por dos mundos alejados y distantes y les hablé de la identidad digital, de su identidad digital, que ellos podían construir y cuidar. Ésa fue la palanca, ése fue el motivo que se cerraron los portátiles y hubo un cambio postural adoptando posición de "esto me interesa". Empezó el diálogo, empezó el intercambio entre 40 personas interesadas por el mundo digital aplicado a la salud. Hablamos de como los estudiantes de medicina y biomedicina trabajan hoy de forma colaborativa gracias a herramientas digitales, convinimos que linkedin y twitter eran los dos recursos básicos y principales para los profesionales de la salud y, reclamaron que la facultad no dé la espalda a la esalud y empiece a incluirla en la formación que reciben. Ah, ni contaros el alucine general con apps y wearables!!!!
Abandoné la vieja facultad contenta por haber conseguido ser más interesante que Facebook y Whastapp aunque fuese sólo un par de horas.
Os dejo a continuación la presentación que usé (català):