Pertenezco al grupo de Whastapp Health 2.0 BCN que agrupa a las personas inquietas del mundo de la salud 2.0 de Barcelona y alrededores. Es un grupo (bastante multitudinario) que tan pronto discute cuestiones "de peso" relacionadas con la salud 2.0, intercambia información de interés, monta una cena "de traje" o comparte fotos de actividades variopintas.
Hace alguna que otra semana, Teresa Bau, periodista especializada salud y responsable de los contenidos en mHealth, nos compartió el artículo "Los tweetchats, la nueva herramienta de la industria farmacéutica para aproximarse a sus públicos" de Alba Sabaté. El texto me llamó la atención, ya que se refería a dos cuestiones que me interesan: los tweetchats y la industria farmacéutica. Me lo leí así como el informe de Patricia Alves y Jaclyn Fonteyne de Boehringer Ingelheim: How pharma Tweetchats can drive healthcare innovation.
Conforme leía me acordé de los tweetchats semanales que llevábamos a cabo en #hcsmeuES y de los 2 realizados desde Wikisanidad: #Appsalud y #Cambiacongreso y también recordé dos posts de este blog: TweetUP - TweetDOWN, tú eliges! y TweetChat, como participar y no morir en el intento. No voy a comparar los resultados obtenidos en los ejemplos citados en el artículo de Teresa (#ChatAfib o #ChatNSCLC) con nuestros ejemplos nacionales ya que #Cambiacongreso con 405 participantes y más de 5 millones de impactos rompió todas las estadísticas de un tweetchat de salud.
Con todo ello ando inquieta, y quiero debatir (con todos los que os animéis a comentar este post, en twitter o como mejor os parezca) las posibilidades de un tweetchat convocado desde un laboratorio farmacéutico en nuestro país. Aquí las farmas están sujetas al Código de buenas prácticas de la industria farmacéutica y a la legislación nacional y autonómica entre otras normas aplicables, lo que supone enormes diferencias con otros países como Estados Unidos por ejemplo (varias veces me habréis oído decir que explicar en castellano los ejemplos USA es un recurso que gusta mucho, aunque luego, su aplicación aquí sea mínima).
Así, dándole vueltas queriendo y sin querer, hay 3 puntos en los que quiero fijarme:
Lo que sí puede y debe hacer la industria farmacéutica es ser parte activa en la conversación de salud 2.0 que se genere en España y creerse (los que en ellas trabajan básicamente) que los "espacios sociales" son sin duda una de las mejores herramientas disponibles hoy en día para acercarnos y comunicarnos los unos con los otros. Y vosotros, ¿Cómo lo véis?
Hace alguna que otra semana, Teresa Bau, periodista especializada salud y responsable de los contenidos en mHealth, nos compartió el artículo "Los tweetchats, la nueva herramienta de la industria farmacéutica para aproximarse a sus públicos" de Alba Sabaté. El texto me llamó la atención, ya que se refería a dos cuestiones que me interesan: los tweetchats y la industria farmacéutica. Me lo leí así como el informe de Patricia Alves y Jaclyn Fonteyne de Boehringer Ingelheim: How pharma Tweetchats can drive healthcare innovation.
Conforme leía me acordé de los tweetchats semanales que llevábamos a cabo en #hcsmeuES y de los 2 realizados desde Wikisanidad: #Appsalud y #Cambiacongreso y también recordé dos posts de este blog: TweetUP - TweetDOWN, tú eliges! y TweetChat, como participar y no morir en el intento. No voy a comparar los resultados obtenidos en los ejemplos citados en el artículo de Teresa (#ChatAfib o #ChatNSCLC) con nuestros ejemplos nacionales ya que #Cambiacongreso con 405 participantes y más de 5 millones de impactos rompió todas las estadísticas de un tweetchat de salud.
¿En una encrucijada? |
Así, dándole vueltas queriendo y sin querer, hay 3 puntos en los que quiero fijarme:
- Nuestra legislación, códigos y otros no permite a la industria farmacéutica "hablar" de medicamentos de prescripción directamente a población general, ni nos permite facilitar dicha información en espacios digitales abiertos, ni nos autoriza a "hablar" de ningún "tratamiento" con pacientes. Así, si se convoca desde una farma un tweetchat en twitter (espacio ajeno que escapa a nuestro control), cuando alguien "hable de lo que no toque" ¿Qué hay que hacer? ¿Decirle que allí no se habla de medicamentos, ni de tratamientos ni de nada parecido? A quién lo haga sugerirle que cambie de tema o abandone la conversación? Y si a pesar de todo, terceros mencionan sus medicamentos, cómo debe gestionar la farma la situación?
- La farma, para "controlar" el espacio podría fijar antes del tweetchat las reglas de juego: prohibido hablar de tratamientos, de marcas comerciales de medicamentos o de principios activos de fármacos. Pero esto sería ir en contra del propio medio, ya que un tweetchat en twitter "abierto" permite y promueve la participación de "cualquiera" que quizás no se leyó las reglas de juego (estamos en el espacio del yo digo lo que quiero cuando quiero y a quien quiero).
- Si durante el tweetchat apareciesen preguntas sobre tratamientos el laboratorio deberá recomendar una y otra vez que que "ante un problema de salud la opción aconsejada es ir a buscar ayuda profesional" ya que no puede dar consejos ni recomendaciones de tratamiento a pacientes.
Lo que sí puede y debe hacer la industria farmacéutica es ser parte activa en la conversación de salud 2.0 que se genere en España y creerse (los que en ellas trabajan básicamente) que los "espacios sociales" son sin duda una de las mejores herramientas disponibles hoy en día para acercarnos y comunicarnos los unos con los otros. Y vosotros, ¿Cómo lo véis?
Gracias por contribuir al debate, Mònica. Me he animado y escrito un post en mi blog: http://matovar.blogspot.com.es/2014/08/debate-sobre-los-tweet-chats-en-la.html
ResponderEliminarGracias por el comentario y bien por el post. Me recuerda a los viejos tiempos, viva la conversación!!! En breve, si nos animamos #CarnavalSalud que el tema da juego :)
EliminarHola Mónica,
ResponderEliminarGracias por abrir el debate. En mi compañía también nos estamos planteando organizar tweetups, pero queremos hacerlo en torno a temas alejados de la patología o el tratamiento, para minimizar los riesgos. Hay muchos asuntos de los que hablar, y se pueden usar para ir cogiendo el pulso a esta nueva forma de conversación.
Si aun así hay gente que habla de lo que no toca, el moderador tendrá que advertírselo y recordar que el laboratorio desea cumplir con la regulación aplicable. También se le puede instar a realizar este tipo de comentarios a través de otros canales (ej. email) y con los interlocutores adecuados (ej. departamento médico).
Creo que si se actúa de buena fe y con claridad, los problemas potenciales serán menores y, de suceder algo, se podría usar el argumento, muy manido pero no por eso menos cierto, de que fue "por causas ajenas a la voluntad del laboratorio".
Saludos,
Antonio