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A veces hay que pisar sueños para hacerlos realidad |
Sigo teniendo ganas de escribir, cuestiones que llaman mi atención y motivos para explicar y preguntarme sobre el bien y el mal, lo que somos y lo que seremos, lo que llega y lo que se va, pero, ni estirando las 24hs de cada día llego a todo lo que me gustaría. Así, hoy un domingo de vacaciones navideñas, entre Navidad y fin de año, he puesto los dedos en las teclas para escribir a propósito de un artículo que repiquetea en mi cabeza desde hace días.
El otro día llamó poderosamente mi atención un artículo que nos presentó Xavier Marcet en el Máster: Adhocracy for an agile age, una interesante reflexión sobre tres modelos organizacionales: la burocracia, la meritocracia y la adhocracia. En el artículo de Julian Birkinshaw y Jonas Ridderstråle se habla de la parálisis por el análisis de datos y el big data que sufren algunas organizaciones.
Los autores abogan no por tener más información sinó en prestar más atención, lo valioso es el ROA (Return Of Attention). Debemos buscar el equilibrio adecuado entre información y atención. Cuando se dispone de los datos, obtener la respuesta correcta es imprescindible pero, en ocasiones, tomar decisiones de manera intuitiva y actuar con rapidez basándote en tu experiencia puede funcionar mejor (ésa es la base de la adhocracia).
Yo creeo que no existen organizaciones puramente burocráticas, basadas en la autoridad (bueno, la industria farmacéutica casi lo es), meritocráticas, basadas en el conocimiento o adhocráticas, basadas en la acción. Seguro que en cualquiera de ellas podemos encontrar, en ocasiones estilos limítrofes, es decir, organizaciones burocráticas con toques de meritocráticas y organizaciones meritocráticas con algún punto de adhocráticas, e incluso pueden ir variando con el tiempo.
Bajo mi punto de vista, determinadas cuestiones, incluso en una organización hiperburocratizada, pueden verse bajo el prisma de la adhocracia. Debería ser posible crear estructuras temporales para resolver un problema dado y disolverlas tras encontrar la solución como apunta Alvin Toffler en su libro "El shock del futuro".
Por todo ello, practicar de vez en cuando tomar decisiones basadas en las opiniones expertas de expertos de diferentes áreas o departamentos que colaboran buscando la mejor solución a un problema concreto seguro que, a todos, nos reportaría mucho más que el: lo haces porqué lo dice el que manda!!!
Por todo ello, practicar de vez en cuando tomar decisiones basadas en las opiniones expertas de expertos de diferentes áreas o departamentos que colaboran buscando la mejor solución a un problema concreto seguro que, a todos, nos reportaría mucho más que el: lo haces porqué lo dice el que manda!!!
Qué interesante esto que decía el sr Toffler, parece como disolver el problema en distintas partes y de esta forma atacarlo mejor. Creo que es una buenísima estrategia. En ocasiones los problemas están tan endemoniados que la única solución es dejar que se desintegren por sí mismos o bien cambiarles la cara.
ResponderEliminar¡Ánimo con el máster!
Cierto Montse, los problemas enquistados o clásicos necesitan nuevos enfoques y un poco de aire fresco. Gracias por el comentario y seguimos en 2016!!!!
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