viernes, 7 de septiembre de 2018

Día 11: De animistas y niños serpiente (7/8/18) #FamilySenegal18

Dalal ak diam! Bienvenidos!
Hoy nos levantamos más tarde de lo habitual, hemos recuperado fuerzas después de la fiesta africana en casa de Campos, desayunamos tranquilamente haciendo honor a una de las frases senegalesas que más nos repite David nuestro guía: LA PRISA MATA. Nos dirigimos al museo al aire libre de Kadioute para conocer y aprender como viven los Diola (una de las más de 10 etnias que hay en Senegal) con todas sus peculiaridades como animistas que son. Nos recibe un chico simpático y "fibradillo" vestido de rojo que nos cuenta costumbres y tradiciones de ceiba en ceiba. Por primera vez en todo el viaje nos visita la lluvia, no podemos quejarnos, los días precedentes nos ha respetado y ha tenido a bien aparecer por la noche, pero hoy no, hoy nos vamos a mojar (tanto llevar el chubasquero en la mochila, como era de esperar, el día que lo necesitas no lo tienes). La ceiba, más allá de ser un árbol enorme y precioso, al igual que el baobab tiene un sentido místico. La ceiba fue llamada fromager por los franceses de las primeros años del colonialismo, ya que, les sirvió de nevera improvisada para sus quesos. Como árbol sagrado que es, la ceiba alberga los espíritus de los antepasados y ejerce de intermediario entre el mundo de los humanos y el mundo de los espíritus. Lo que sí que proporciona la ceiba a todo el que le apetezca es una muy buena sombra, gran punto a  tener en cuenta en un país en el que la temperatura supera los 30 grados y la humedad el 80%.
3 hombres fuertes
Marina necesita practicar más
En el corazón invertido de la ceiba
Tam tam telefónico
Volvemos al Campamento no stress para almorzar, lo hacemos con calma, ritmo africano y por la tarde nos vamos a Kabrousse donde Campos nos ha prometido una visita guiada por él mismo. Y sí, empezamos a recorrer la aldea bajo sus interesantes y entretenidas explicaciones. No hay nada mejor que escuchar relatos de quien los ha vivido, y aquí Campos nos comparte sus vivencias y experiencias transmitiéndonos pasión infinita por su Senegal. Nos cuenta como funciona el tam tam telefónico para comunicarse las aldeas, nos enseña fetiches de casa y va hablando de los fetiches que hay en el pueblo entre las cabañas. Llega a contarnos que cuando tenía 7 años cayó de un árbol y se clavó un palo en la cabeza (así debió ser por la cicatriz que nos muestra) su padre y los ancianos lo daban por muerto pero su madre insistió en que su hijo saldría adelante. Y bien, tres días después el niño reaccionó, y como dice Campos "sólo" quedaron algunas pequeñas secuelas de movilidad en pies y manos. Estamos todos sorprendidos y fascinados, Campos nos lleva de historia en historia con enorme facilidad, y, de todas, a mí me impacta especialmente la de los niños serpiente. Así cuenta que cuando nace un niño "malformado", las mujeres del poblado se reúnen en el fetiche correspondiente, la madre pone el bamburá del bebé (la tela que usan las mujeres africanas para ponerse a sus bebés a la espalda) en el suelo, colocan 4 huevos en las puntas y el bebé en el centro. Es de noche, las mujeres se esconden expectantes y dice la tradición que si el bebé es persona llorará y por la mañana su mamá se lo llevará, por el contrario, si el bebé no es persona no llora, chupa los 4 huevos y se convierte en serpiente.

Campos cuenta historias 
Pol cuenta historias
Volvemos al hotel con mil historias y leyendas en nuestra cabeza para cenar y aprovechamos para despedirnos del grupo de Demba de Yakaar Africa con el que hemos ido coincidiendo de manera intermitente a lo largo de estos días. Mañana abandonamos la Casamance, habrá que cruzar Gambia y llegar a Kaolack. 

Go!

Campement no stress - Kabrousse
(el día con menos kilómetros de todos)

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