Ropa tendida en popa, la casa en una barca |
Hoy hemos vuelto a madrugar, queríamos salir pronto para visitar el mercado flotante de Cai Rang que según dicen es de 6 a 8 de la mañana cuando registra su mayor actividad. Así, a las 7h en punto listos para irnos, furgoneta y al puerto donde nos subimos a una motora para navegar por el mercado. La primera sorpresa son los barcos, grandes, de madera vieja y bastante descuidados ocupando gran parte del río cargados de remolachas, calabazas, patatas y otros "tubérculos". Cada uno muestra su mercancía gracias a un bambú que exhibe en altura el producto o los productos que vende mientras su tripulación llena bolsas y más bolsas de compra "al detalle". El sistema es sencillo, se acercan barcas pequeñas que pactan cantidad y precio con los grandes barcos y ya está, mercancía vendida y comprada. Además, pequeñas barquitas se mueven por el mercado ofreciendo comida y bebida, son los bares acuáticos!!! Observamos los barcos con detenemiento y descubrimos que la gente vive en ellos, ropa tendida en la popa, niños y jóvenes de mirada triste que cargan y descargan kilos y kilos de nabos y patatas, infancias perdidas de difícil recuperación.
La edad no importa para vender |
Barca de servicio en el mercado de Cai Rang |
Compra y vende, estás en el mercado |
Flotando a todas horas |
Marina se ha quedado con los ojos como platos ante el mercado, ella que esperaba barquitas muy bien pintadas con mujeres bien vestidas vendiendo fruta y verdura, con muchos colores al estilo tailandés!!!!
Noodles artesanales |
Tras el paseo arriba y abajo en barca nos adentramos por un pequeño canal que nos lleva a un negocio artesano de "vermicelli de arroz". Vemos como hacen la pasta parecida a la de un crêpe, la pasan por la plancha y después se coloca en soportes de bambú para secarse al sol. Cuando todo está bien seco, es el momento de cortar la pasta y hacer noodles. Uffff, menudo trabajazo y qué calor!!!!
Es momento de volver al hotel en Can Tho, recoger trastos en el hotel y rodar por 4 horas hasta Saigon para subirnos al avión con el que abandonaremos Vietnam.
Rato de aeropuerto doméstico con pocos o ningún entretenimiento, retraso en la salida del vuelo y llegada a Siem Reap (Camboya) pasadas las 21h. Es el momento de recoger maletas, rellenar nuevos papeles y pensar que o hemos ido dando con los torpes del aeropuerto y nos hemos ido retrasando, o no hemos sabido escoger a los más hábiles. Todo ello da como resultado que somos los últimos en abandonar el aeropuerto y que nuesras maletas están mareadas de tantas y tantas vueltas que han dado.
Y que alegría cuando por fin salimos y vemos que nos espera un simpático camboyano aguantando un cartel que reza: MONICA MORO MESA. Es nuestro último guía y se llama Siang que enseguida se preocupa y se interesa por nosotros. La furgoneta nos espera, nos lleva al hotel y salimos a la búsqueda de algún lugar donde cenar, por suerte un restaurante a punto de cerrar se apiada de nuestra situación y nos hace hamburguesas y sandwich's.
A dormir, el día ha sido largoooooooooooooooo!
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